jueves, 30 de julio de 2009

Santa Rita, Rita: Lo que se da no se quita

Ésto es lo que tiene que pensar un libidinoso Almodóvar en el mullido sofá rojo de su casa. El director incomprendido del cine español que tuvo que salir de su país para así alimentar su ego. No sé yo si todos los americanos enamorados de su cine, convencidos de que España fronteriza con Méjico, conocen el papel de gran importancia que desempeñó en la revolución sociocultural que fue "La movida madrileña".

Al son de las palabras de Tierno Galván ("A colocarse y ¡al loro!"), la sociedad española, cansada de un régimen prohibitivo y ya obsoleto, llegó en pocos meses al otro extremo. Un panorama anárquico donde la inconsciencia, el descontrol, la locura y los excesos se disfrazaban de libertad. Una libertad que, 20 años más tarde, ha dejado mayoritariamente su secuela en forma de drogadictos y síndromes de Peter Pan. Fueron pocos los que comprendieron que estos años no suponían más un trámite "obligatorio" hacia la estabilidad que vendría después. Aquéllos que apostaron por una Movida tan longeva como el Régimen se llevaron una buena bofetada.

Pedro fue más conocido por su pasión a travestirse encima de un escenario de la mano de McNamara que por su incipiente carrera cinematográfica. Y la verdad, es que es de lo más divertido ver cómo la creatividad de unos pocos "freaks" llegó a movilizar a cientos de miles de jóvenes que hoy miran nostálgicos hacia atrás cuando se quitan la corbata al llegar a casa.












lunes, 13 de julio de 2009

Beautiful day: U2 en concierto

El RER estaba lleno hasta la bandera. Ya no es que fuera imposible levantar el brazo para agarrarse a una barandilla, es que de la cantidad de gente que había en el tren no era necesario ni esforzarse por mantenerse en pie ya que la aglomeración te daba a fuerza de presión el equilibrio necesario para permanecer en total verticalidad. Me imagino que aquéllos procedentes del aeropuerto de Orly se preguntarían si el transporte público en París está siempre tan colapsado. Se estima que 95.000 personas acudimos al primero de los dos conciertos de la gira 360º Tour en París. Un conciertazo desde la previa hasta el "Au revoir" a eso de la medianoche.

Kaiser Chiefs firmó la primera parte del show. Unos teloneros de lujo que imagino que aprovecharon su actuación en el "Main Square Festival" de Arras el 4 de julio para quedarse en Francia de vacaciones una semanita larga. Alrededor de tres cuartos de hora de actuación en los que nos regalaron todas las conocidas de su repertorio. Ruby, Everyday I love less and less y Never miss a beat sonaron a U2 en la boca de los fans, que agradecieron de esta manera tan buena actuación de la banda inglesa. "Nous sommes Kaiser Chiefs!!", gritaba enloquecido Ricky Wilson en la recta final de I predict a riot. Imposible acabar con una canción más apropiada una actuación que nos ilusionaba con unos U2 terroríficamente buenos.

Puntual como una novia el día de su boda, Bono y su banda asomaron la cabeza con Breathe, No line on the horizon, Get on your boots y Magnificient. El speech de Bono agradeciendo la concentración de fans en un francés paupérrimo fue recibido con una excitación y revuelo digna del mismo "Yes, we can". Fue entonces cuando los 'irish' entonaron I still haven't found what I'm lookin' for, una canción que el público 'prohibió' cantar a Bono relegando su voz a un segundo plano. Un susurro casi incomprensible entre la atronadora melodía de 95.000 gargantas gritando a pleno pulmón.

Todavía impactados por el 'shock' de la muerte de Jacko, y siguiendo con el guión de su comienzo de gira en Barcelona, Bono rindió su particular homenaje al "Rey del Pop" entonando el estribillo de
Billy Jean a paso de un melancólico Moonwalk. El estadio de Saint-Denis rompió en un colosal aplauso que no sé si llegó a oídos de Michael Jackson, pero que seguro escucharon en el satélite de la Estación Espacial Internacional, con los que se estableció una conexión en falso directo reivindicando paz el mundo. En esta línea política, el numerito de la nave quedó en la retina de los asistentes como una mera anécdota.

Sunday bloody Sunday, Pride, Desire, Vertigo, The Unforgettable Fire, City of blinding lights, Walk on... una tras otra fueron complaciendo a cada uno de los asistentes que, mentalmente, iban tachando en su quiniela particular "las obligatorias". Con One desaparecieron momentáneamente del escenario, una manera cordial de avisar que "con dos o tres más cerramos el chiringuito". Bono saltó al escenario enfundado en una chupa de cuero de la que salían lasers rojos, una indumentaria muy retro idónea para Ultraviolet (light my way). La llegada de With or without You anunciaba una inminente despedida. Ésta cerraba un repertorio de hits bastante completo en donde Momment of Sourrender fue la guinda de un show épico donde ya nadie recuerda que estuvo lloviendo a cántaros la última media hora.